martes, agosto 26, 2008

100 - Cochinillas

Han pasado más de 20 años desde la primera vez que pisé el patio de una escuela (preescolar, en realidad) y si nos ponemos a pensar que también fui a la guardería entonces tengo bastantes millas acumuladas. Y después de tanto tiempo parecía que nunca iba a terminar.

Había escuchado acerca del Síndrome del Graduado pero no lo había comprendido hasta ahora. Hay quienes ríen, hay quienes lloran como Magdalenas, los habrá que les valga verga pero lo cierto es que saber que eventualmente llegará el día en que te gradúes sí te pone a pensar en muchas cosas.

La fecha marcada está, no hay vuelta atrás (a menos que me reprueben en alguna de mis últimas materias, jajaja... no, no es de risa) y a partir de hoy tenemos la cuenta final.

100 días, 100 noches y después de tantos esfuerzos, después de tanto joder y de tanto jorobar se habrá terminado. La vida ya no se medirá en Años escolares, Semestres o Bimestres, ya no habrá vacaciones obligadas en verano, las de semana santa o las de invierno; ya no habrá exámenes finales, tareas, proyectos; la vida dejará de ser como la conocía, nuevos retos y responsabilidades esperan delante, nuevos triunfos y desgracias están por llegar.

He abierto este blog con la intención de hacer un recuento de los 100 mejores (y ni tan mejores) momentos de mi vida como estudiante. Habrá quien se acuerde de mí haciendo ciertas cosas, habrá quien venga a enterarse de otras, lo importante es recordar y poder reirse de ellas (de los recuerdos, no de mis desgracias). Habrá recuerdos muy buenos, los habrá malos, alegres o hasta tristes, finalmente uno nunca elige el cómo, cuándo o dónde, las cosas pasan sin que uno las planee.

Siendo este el primer post del blog, pondré uno de los recuerdos más viejos que tengo y que tiene que ver con ese fabuloso lugar conocido como EL PATIO:

Allá por 198... cuando estando en la guardería me iba a meter entre las plantas cerca del patio y sacaba cochinillas de la tierra. Luego las guardaba en las bolsas del pantalón y así me iba a mi casa. Cuando mi madre echaba a lavar mi ropita (sí, era yo chiquito) buscaba en las bolsas del pantalón para revisar que no dejara algo dentro. Imaginarán su sorpresa al encontrar pequeñas bolitas negras con patitas.

Madres, lávenle las manitas a sus hijos.


No lo olviden, cada día un recuerdo diferente. Saludos y nos vemos pronto. No olviden pasar por mi otro blog, para noticias e historias del mundo actual.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo no conosco las cochinillas :(
ni sabia existian esas cosas..

Ivonne dijo...

no puedo creer q en uts 100 memorias no recordaras el buen momento de prepra donde nos sacaste del salòn a nesh y a mi con una buena actuaciòn jaja